El encuentro con aquella estrella...

Alcé la vista al cielo y algo impactó en mi mirada, me habían hablado de su existencia pero presenciarlo fue algo brutal. El brillo era de un tono especial fruto de su rojo interior, al observarla fijamente aumentaba su esplendor mientras danzaba en el firmamento sin prejuicio ni temor, su luz radiante proyectaba un claro mensaje de libertad pues no hacia falta más que ver como se desenvolvía en la inmensidad del infinito mostrando a las demás estrellas que ella era libre, salvaje y nada ni nadie la podía controlar.

Hipnotizado la visualizaba mientras imaginaba en como sería subir al cielo para arder con ella, creando un fuego que sanase pesadillas, arrojando luz a los abismos más oscuros, llenando de color el negro más absoluto y juntos estallar demoliendo todo a nuestro paso para crear un nuevo sistema estelar, mucho más bello y embriagado de rebeldía, creando los dos el orden del kaos.

De repente algo curioso ocurrió, yo estaba ausente de mente, absorbido por ese cuerpo celeste y escuchando atentamente su sutil zumbido hasta que percibí que me solicitaba...

"Ella: - ¿Lobo puedes oírme?
Yo: - Sí... – respondí tímidamente.
Ella: - Llevas aquí toda la noche, observándome en silencio y sin decir nada. ¿que te pasa?
Yo: - Nada, simplemente no sabia que decir, soy animal y como tal debo observar antes de actuar y aún me hallaba demasiado eclipsado por tu brillo, sumergido en el agradable zumbido de tu silencioso vibrar... por eso hasta ahora no he osado hablar.
Ella: - Respetable decisión, pero ya han pasado muchas horas ¿tienes ya ganas de conversar?
Yo: - ¡Claro que sí bella estrella! hay tantas cosas que me gustaría contarte... tanto de ti que quiero aprender... pero mi mente está plagada de preguntas que me impiden pensar con claridad, son inquietantes y ansían respuesta...
Ella: - ¿Que cuestiones te inquietan lobo estepario?
Yo: - Muchas, muchísimas, quizás demasiadas...: ¿Dónde has estado durante todas mis noches? ¿Cómo has logrado ese rojo color? ¿Cuando podré volverte a ver? ¿Porqué me despiertas tanto interés?.
Ella: - “Dónde, cómo, cuándo y porqué...” ¡Me gusta que seas de mente inquieta! así que procedo a responder, pero te advierto que no serán respuestas sencillas y sólo tú lograrás comprender su profundo significado:

  • Dónde: He estado aquí bailando en el firmamento aportando luz a este oscuro lugar pero tú nunca habías examinado esta parte del cielo pues no alzabas la vista más allá de la luna.
  • Cómo: En todo el universo hay muchas cosas que cambiar, que destruir y que crear, tú lo sabes bien por eso me percibes así, porque sabes que soy esa fuerza que necesita este infinito lugar, el color del cambio radiante y osado.
  • Cuándo: Sal de tu guarida y observa el horizonte, en él podrás encontrar al eterno mar, y cuando fijes la mirada en el romper de las olas verás mi recuerdo en cada reflejo.
  • Porqué: Por que soy la única capaz de mostrarte el puente hacia el infinito pues el resto de estrellas están demasiado ocupadas construyendo un puente hacia lo absurdo de su existir, en sus cuerpos celestes llevan grabada la imagen de la derrota, mientras, en el mio, tengo grabados versos revolucionarios que ansían victoria y llegan a ti en cada uno de mis destellos, sabes que soy lo que siempre has soñado...

Yo: - Interesante, demasiado interesante quizás...cada una de tus respuestas ha encendido una llama en mi, si antes te creía increíble, no tengo duda de que lo eres, cautivas mi mente y me robas los sentidos, no entiendo nada ya que tu eres un bellísimo astro entorno al que giran muchos planetas rebosantes de vida atraídos por tu dulce gravedad y yo un lobo solitario alejado del reino que en las noches cuando el sol se va observa el firmamento esperando encontrar respuestas a su existencia, es preocupante...
Ella: - No hay nada más interesante que las cosas preocupantes…”

Esas fueron las últimas palabras que pude escuchar mientras se plasmaban en mis retinas sus últimos destellos, mis ojos soñolientos tras largas horas en vigilia ya no la veían y mis oídos cansados no percibían sonido alguno, así que me acosté junto a los otros animales que poblaban ese curioso paraje esperando despertar, observar el cielo y volverla a ver...

Desperté e inmediatamente rastreé el cielo, buscando ese rojo destello que la hacia única e irrepetible, la estrella más especial que jamás he conocido. ¡Y allí estaba ella! Aunque por desgracia el encuentro fue demasiado breve, el reloj ladrón de momentos estaba al acecho y debía partir para reagruparme con mi manada, si por mi fuera habría parado el tiempo para vivir en un infinito donde ese destello penetrara en mis pupilas eternamente.

No se si la volveré a ver pero seguiré alzando la vista al cielo cada noche de mi vida aunque a partir de ahora cuando la luna llena reclame mis ojos ya no le obedecerán más, pues estos son ahora del mar, a él le regalaré mis aullidos.
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Jamás había encontrado, En ninguna de sus largas noches un astro tan cautivador, Y siendo un lobo estrellas había visto mil...
Otra inspiración momentánea, como siempre la publicaré sin revisar y luego me daré cuenta de mis errores, aunque igual este a diferencia de otros no será comprendido por nadie, pero esta vez he escrito para mí.

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